CAMINO DE PERFECCIÓN


Queridas hermanas:
Como resultado de nuestro encuentro en Londrina, tuvimos la iniciativa de reunirnos y formar un equipo para coordinar el estudio de las Constituciones que preparará P Karol y una propuesta para trabajar el “Camino de perfección”, elaborada por Hnas nuestras que han hecho el Cites
Aquí presentamos nuestro primer trabajo del Camino de Perfección, esperamos que nos hagan llegar sus inquietudes o sus para bienes, ".



Camino de Perfección

Santa Teresa de Jesús



Introducción

Podemos comenzar dando gracias pues sabemos que este libro es la mejor explicitación sobre nuestro carisma que nos ha dejado Teresa de Jesús. ¡Cuántas veces hemos recurrido a este “librillo” como nuestras verdaderas constituciones!, fuente donde beber y “encender” más que saciar nuestra sed.
Como “hijas, hermanas y amigas” de Teresa, al acercarnos a leer, lo hacemos en actitud de diálogo, con todo lo que esto comporta. Abiertas a lo que ella nos dice y enseña, busquemos desgranar sus frases, y pasarlas por el filtro de nuestra propia vida, confrontando con nuestra historia personal, comunitaria, eclesial, social. Se acrecentará con los aportes de las diferentes culturas en las que vivimos, como también según el prisma desde donde la leemos.
Nos vendrá bien ubicar la obra en el contexto, de ahí la importancia de conocer la realidad histórica, social, política, como también en un plano más restringido, la comunitaria de la época. Para ello contamos con las introducciones y notas de las diversas ediciones y libros muy buenos con reseñas y explicaciones que clarifican e invitan a la lectura directa del libro. De esto se trata y eso es lo importante, poder entrar en diálogo personal y comunitario con Teresa de Jesús, aprovechar que a nivel de la Orden carmelitana este año se dedica a la lectura y profundización de Camino de Perfección, de cuyo libro, entre tantísimos elogios que ha recibido desde sus comienzos está el de Don Teutonio de Braganza en la dedicatoria a la 1ª edición: “su espíritu vive en la doctrina de este libro”[1].
Sumerjámonos en él, nos recordaba nuestro Padre General que es “preciso tener  claridad en nuestra identidad carmelitana[2]”, evaluemos nuestras vidas, nuestros caminos personales y comunitarios en diálogos esclarecedores con Teresa de Jesús, es una riqueza muy grande la que contamos en sus escritos, busquemos ser enseñadas por ella y de primera mano, vayamos a la fuente y descubramos por nosotras mismas qué nos propone.
Nuestros esquemas serán en base a preguntas que nos pueden ayudar a profundizar y tener algunas “pistas” de lectura. Demás está decir que no se agotan solo en estas, son una de tantas posibilidades de abordar el libro.
Pues podemos hacerlo también desde una lectura cristológica, teniendo allí el hilo conductor; o bien seguirlo a través de los textos o referencias bíblicas; o abordarlo desde ciertos temas fundamentales que desarrolla. Las posibilidades son de lo más variadas, cada una aporta un acceso diferente y nos brinda como el rayo de luz al traspasar el prisma de cristal la variedad infinita de colores.
Si bien normalmente se cita y trabaja con la edición de Valladolid por ser un trabajo más pulido y completo, la del Escorial tiene la frescura de lo que brota primero y es importante rescatar ciertos párrafos censurados que no pasaron a la 2ª edición. Recordemos que Santa Teresa no le pone título, normalmente lo llama “El librillo” o “El Paternóster”, considera que “trata de avisos y consejos”, éstos se convierten para nosotras –y toda persona que lo desee– en un extraordinario y sólido tratado de vida espiritual, es camino “de oración”, “de contemplación”, “del Señor”, “del cielo”, “del Espíritu”.
Tenemos el privilegio de poder enriquecer nuestra vida con los escritos que Teresa compuso para nosotras, “palabra hablada primero, mensaje iniciático, programa de vida, que luego se hace escrito de urgencia, sin mucho orden ni concierto. La vida brotaba de la fuente, del corazón, de la experiencia, se dibujaba sobre el papel un camino sin retorno, sólo de ida: camino de oración y perfección que se anda en compañía[3], cuántas preguntas y dudas encuentran respuesta en ella, abordar su obra, auténtico proyecto de vida personal y comunitaria nos anima y fortalece pues “…el bien nunca trajo mal. Así que esto sirva de procurar caminar mejor el camino, para contentar mejor a nuestro Esposo y hallarle más presto, mas no de dejarle de andar; y para animarnos a andar con fortaleza camino de puertos tan ásperos, como es el de esta vida, mas no para acobardarnos en andarle[4].

Esquema y contenido de Camino según el Códice de Valladolid

Primera parte
Caps. 1 – 18
Preparación para la oración
1 – 3
La “gran empresa del Carmelo”
Finalidad del estilo de comunidad teresiana
4 – 15
Presupuestos, cimientos para la oración, cosas necesarias, “virtudes grandes”
Segunda parte
Caps. 19 – 42
                          En general
                    (cc. 19 – 26)
Oración
                         Paternóster
                       (comentario)
                         (cc. 27 – 42)
16 – 25
“Virtudes grandes”   16 – 20,2: actitud de la persona                               frente a Dios, disponibilidad plena.
                                     20,3 – 25: valentía y decisión
                                                       qué es la oración
26 – 29 ; 34,8 – 35,2
“Su modo” àoración de recogimiento. Mirarle dentro.
                       Doctrina, praxis, eucaristía.
30 – 42
30 – 34, 7àoración mística. De quietud. De unión.
36 – 42    à efectos.
42, 5 – 7  à excelencia del Paternóster.


Bibliografía
TERESA DE JESÚS, Obras Completas, EDE, Madrid 20005ª.

                                    Obras Completas (M.E.C.1). Edición preparada por Tomás Álvarez. Ed. Monte Carmelo, Burgos 1997.

                                    Obras Completas (BAC). Edición preparada por Efrén de la Madre de Dios. Madrid 1976.

                                    Obras Completas. Edición preparada por Maximiliano Herráiz, Sígueme,
                       
                        Camino de Perfección,  Tipografía Poliglotta Vaticana, 1965:
         Tomo I: Reproducción en facsímil del autógrafo de Valladolid.
                     Tomo II: Introducción. Transcripción del autógrafo de Valladolid. Por Tomás Álvarez.

Camino de Perfección, Revisión del texto, introducción y notas por Daniel de Pablo Maroto, EDE, Madrid 1983.


HERRÁIZ GARCÍA, Maximiliano, Introducción a Camino de Perfección de Teresa de Jesús, Centro de Espiritualidad Santa Teresa, Desierto de las Palmas (Castellón) 1981.

PABLO MAROTO, Daniel de, “Camino de Perfección”, en Introducción a la lectura de Santa Teresa, EDE, Madrid 1978, pp. 269 – 310.

Bibliografía complementaria

ÁLVAREZ, Tomás, “Camino de perfección”, “Oración” y diversas voces en Diccionario de Santa Teresa de Jesús,  “MC”/6, Burgos 2001.

                                    “Santa Teresa y las mujeres en la Iglesia”, en Estudios Teresianos, vol III, MC, Burgos 1996, pp. 491 – 503.

                                    “Contenido polémico del Camino de Perfección”, en Estudios Teresiano, vol II, MC Burgos 1996, pp. 531 – 555.

                                   Así oraba Teresa, MC, Burgos 1989.

                                   Paso a paso. Leyendo con Teresa Camino de Perfección (Colección “Amigos de Orar” 22), MC, Burgos 1995.

                                   Santa Teresa y la Iglesia (Colección Karmel 4), MC, Burgos 19802.

ÁLVAREZ, Tomás y CASTELLANO, Jesús, Teresa de Jesús, enséñanos a orar, MC, Burgos 19812.

CASTELLANO, Jesús, Guiones teresianos. Apuntes sobre la figura y doctrina espiritual de la primera doctora de la Iglesia, Valencia 1970 (2ª ed. ampliada en 1981).

CASTRO, Secundino, Ser cristiano según Santa Teresa. Teología y espiritualidad, EDE, Madrid 19852.

HERRÁIZ, Maximiliano, Sólo Dios basta. Claves de espiritualidad teresiana, EDE, Madrid 19944.

                                   La oración, historia de amistad, EDE, Madrid 19955.


Camino de Perfección
Santa Teresa de Jesús

Algunas preguntas que nos suscita la lectura del libro y nos pueden servir para iniciar o continuar, un diálogo personal o comunitario con Santa Teresa.
A continuación del número de capítulo irá escrito en letra cursiva el epígrafe del mismo, a modo de ubicación rápida en el tema que desarrolla, tal como lo encontramos en los libros. (Teresa sólo escribió así el primero, en el resto dejó señalado dónde finalizaba cada capítulo y los epígrafes están escritos por otra persona en apéndice al final).

Prólogo
  • Que trata del intento que tuve para hacer este libro. (Sólo figura en CE[5])
  • ¿Qué puede aportarnos Teresa, hoy?
  • ¿Consideramos que Teresa puede hablarnos – enseñarnos? ¿qué temas? Aquí pareciera se circunscribe a la oración, aunque nos daremos cuenta abre y despliega el abanico de la vida, ¿por qué recurrimos a ella?
  • Las de entonces: “el amor que le tenían”. Nosotras, ¿qué razones encontramos para que lo que ella diga “nos aproveche”?
  • Teresa quiere hacer “Su voluntad” (es una constante en toda su obra: “unir mi voluntad con la de Dios es la unión que yo deseo”), acá se refiere a la fundación y al hecho de escribir, ambos con objetivos claros en su deseo de ayudar “vayan muy adelante en el servicio del Señor”. ¿Cuáles son nuestros objetivos? ¿qué peso tienen para nosotras “el amor y la experiencia”? 

Capítulo 1
De la causa que me movió a hacer con tanta estrechura este monasterio.

  • Opción fuerte y decidida de acompañar a Jesús, de encarnar el Evangelio, en comunidad. Es realista y coherente en sus planteamientos.
  • Comienza el capítulo recordándonos que tuvo “causas” para fundar. ¿Cuáles son “nuestras causas”? Por las que llegamos al convento, por las que permanecemos? ¿qué motivaciones teníamos, … y ahora? ¿qué ilusiones, utopías?
  • Nuestras propuestas ¿tienden a los “máximos posibles” o nos conformamos con mediocridades?
  • ¿Qué observaciones hace Teresa de la realidad y cómo decide responder a ella? Cómo vive esa “seguridad en Dios” y confianza en su “gran bondad”, sabemos que hay distintos niveles.
  • ¿Cómo refleja o expresa Teresa los planteamientos que hace en este capítulo? y cada una de nosotras? y nuestras comunidades? ¿qué los hizo posibles, cómo los viví en un primer momento? Cómo los vivo ahora? ¿qué lectura hago de ellos?
  • ¿Cómo vemos a nuestra actual iglesia? ¿Y la realidad social en donde nos toca vivir?
  • ¿Cuáles son nuestras propuestas, nuestras respuestas vitales?
  • Hoy tampoco es tiempo de tratar con Dios negocios de poca importancia ¿Cuáles son “nuestros” negocios, los que ocupan nuestro corazón y nuestra vida?



Capítulo 2
Que trata cómo se han de descuidar de las necesidades corporales, y del bien que hay en la pobreza.

Si tenemos “los ojos en Jesús” no los podemos tener en nadie ni en nada. A través del ‘filtro Jesús’ haremos pasar nuestra existencia, desde Él miraremos, valoraremos todo, he aquí el quid de nuestra vida. El eje y centro de nuestra vida es Jesucristo. Él es nuestra razón de ser, necesitamos aprender a ‘descansar’ en Jesús, es nuestro punto de partida y nuestra meta, nuestro referente: evaluamos nuestras opciones e iniciativas a la luz, o a través de ‘la lente’ Jesús. Los “artificios humanos” es olvidar que Jesús es la vid y nosotras los sarmientos.

* Analicemos expresiones o frases utilizadas en este capítulo que nos sitúan en lo esencial.
* Teresa ‘baja’ a realidades concretas, ¿cuáles?, ¿por qué se detiene en ellas? ¿qué otras ‘realidades concretas’ podemos agregar en lo que personal o comunitariamente priorizamos, e implican que lo que debiera ser nuestro objetivo principal no lo sea, pierda su esencialidad o quede desdibujado?
* “Sería engañar al mundo…”, ¿pensamos que hay incoherencias en nuestras vidas que ocultamos amparadas en nuestro estilo de vida, protegidas tras los muros? ¿Qué modos tenemos para alertarnos mutuamente? ¿Cómo nos “hacemos espaldas unas a otras[6]” para vivir con llaneza y limpieza de corazón, “no habiendo menester contentar a nadie sino a él”?
* ¿A qué pobreza se refiere? ¿Qué valor le da? ¿Cuáles son nuestras pobrezas (personales, comunitarias)?
¿Cuál es la razón por la que plantea este tema? Hoy nosotras, ¿cómo nos planteamos vivirla? ¿Cuáles son los aspectos que nos ayudan, cuáles no?


Capítulo 3
Prosigue lo que en el primero comencé a tratar, y persuade a las hermanas a que se ocupen siempre en suplicar a Dios favorezca a los que trabajan por la Iglesia. -Acaba con una exclamación.

Motivo de nuestra existencia comunitaria. Fuerza eclesial de las pequeñas comunidades, semejanzas con las actuales. Centra el objetivo de nuestro estilo de vida en la Iglesia y los que trabajan por ella.
Propuesta teologal a la situación de su época, no es una respuesta anclada en las posibilidades humanas. Criterio cualitativo.

* “…el Señor nos juntó en esta casa” ¿Cómo vivimos este ser vocacionadas, llamadas, recordamos que estamos aquí porque a cada una ‘nos llamó’ el Señor?
* ¿Qué nos pide Teresa al decir “seamos algo”, “seamos tales”? ¿Qué implica “ser tales”?
* Nos hace una propuesta muy concreta concerniente a lo eclesial – apostólico, ¿Cómo la plasmamos? ¿Cómo evaluamos criterios de discernimiento que ayuden a nuestro proyecto de vida, de qué modo nos comprometen y nos hacen vibrar tal como lo percibimos en ella? ¿Qué cosas facilitan nuestra comprensión de la realidad y nuestra respuesta?
¿Qué abarcamos al decir ‘iglesia y los que trabajan por ella’? ¿Cómo lo entendemos hoy? ¿Qué nos provoca el entorno y las condiciones actuales de nuestros hermanos y hermanas?
* “Pues no sois vos, Criador mío, desagradecido…con mucha piedad.” Recordemos que este párrafo en CE es mucho más largo, fue tachado y no pasó al códice de Valladolid. Hace una hermosa defensa de las mujeres, nos expone ciertos aspectos velados que nos permiten deducir cómo pensaba sobre la situación de las mismas.
¿Cuál es la situación de las mujeres en nuestra sociedad, en nuestra Iglesia? Comparando las condiciones en el siglo XVI y las nuestras ¿qué aspectos han evolucionado? ¿Qué pasos hemos ido dando? ¿Cuáles debemos continuar? ¿De qué modo?
* ¿Cómo describe a Jesús? ¿En donde apoya el valor de nuestros ruegos?
Es audaz en su propuesta, pues se sabe enraizada en Jesús. Es una significativa teología del mérito: “por la sangre de vuestro Hijo y sus merecimientos”. Nos había dicho unos párrafos antes “podemos algo con Dios”. Nuestros ‘merecimientos’ tienen un solo origen: el misterio pascual de Cristo. Debemos tener claro que no estamos aquí para ‘santificarnos y servir’, sino para ‘servir’ y sirviendo nos santificamos. ¿Podemos describir cómo vivimos esta realidad?
 
  
Capítulo 4
En que persuade la guarda de la Regla, y de tres cosas importantes para la vida espiritual. Declara la primera de estas tres cosas, que es amor del prójimo, y lo que dañan amistades particulares.

Buena pedagoga: centra la mirada de sus interlocutoras, -hoy nuestra mirada-, en el objetivo, no quiere perdamos de vista a qué estamos llamadas y sobre qué pilares debemos fundamentar nuestra vida. Otro de los capítulos programáticos.

* “Ser tales…”, transparencia, mujeres de ‘una sola pieza’, (en el anterior había encarecido ‘no engañar’). Se centra en la persona, le propone un proyecto que prioriza lo medular, la constitución del ser.
La propuesta teresiana es evangélica: “vengan a mí…yo los aliviaré” (cfr. Mt 11,28-30), sostenernos en el “yugo de su amor”, un amor que  no anda con mediocridades. Nos presenta el proyecto exigente, después estarán las vías de realización, y la puesta en práctica donde se darán las tonalidades y los tiempos según las características y posibilidades de cada persona.
Analicemos y compartamos sobre qué pilares construimos nuestras vidas, nuestras comunidades. Cómo interpretamos y concretizamos, “bajamos a lo cotidiano” la experiencia del amor.

*¿Qué entendemos por “qué tales habremos de ser”?, ¿cómo lo llevamos a la práctica? ¿Cuál es nuestro objetivo?, ¿qué modos, qué medios, de qué manera proyectamos lograrlo?

* ¿Qué concebimos por orar sin cesar? ¿Cuáles son las características de la persona orante?, ¿Cómo explicamos “ser coherentes”?
Tengamos en cuenta, cómo puntualiza lo interior y lo exterior, en este “camino de oración”, “en el servicio del Señor”.
¿Cuáles son las razones que nos llevan a nosotras, hoy, a pedirle a Teresa que nos hable de oración?, ¿cómo vemos e interpretamos su actualidad?

* La paz no se construye con perfeccionismos, ni estructuras que organicen y mantengan el “orden”, no es en base a disposiciones y reglamentos, no se consigue fuera como un objeto, tampoco excluye dificultades, luchas y dolores.
La paz es Jesús, su presencia en medio nuestro y desde Él se expande interior y exteriormente. Qué características nos dan pautas de su presencia, cuáles son los aspectos que más valoramos.

En los puntos siguientes nos “zambulle” en el amor. Como es su costumbre, no anda con rodeos. Sólo debemos leerla detenidamente, y poner nombre a nuestro tipo de relacionamiento, a qué llamamos amor, amistad, y si realmente es tal, o la disfrazamos. Cómo debemos conducirnos en una relación de amistad seria y encaminada a crear comunidad, en nuestro caso y en cualquiera pues la amistad es expansiva. Su comportamiento es desde el amor a Dios, centro y eje de corazón y pensamiento, de ahí se desprende todo lo demás. Recordemos ciertos términos que nos pueden confundir: amor demasiado = amor torcido, en la misma línea cuando dice “amistades grandes”.
Lo que está señalando son principios generales, no conducirnos por lo externo, los sentidos, lo que nos gusta o no nos gusta en nuestras relaciones interpersonales. Que es también el modo en que debemos conducirnos con Dios. ¿Cuáles son las motivaciones que nos mueven tanto a nivel personal como comunitario, en los diferentes tipos de relación interpersonal que establecemos? ¿Qué observamos en nuestros comportamientos?
¿Le sabemos poner nombre (catalogar como tales) a nuestras niñerías personales?, ¿las justificamos?, ¿por qué? En una famosa carta (30 de mayo de 1582 a Ana de Jesús), nos recuerda  “libres quiere Dios a sus esposas, asidas a sólo El”, esto como un principio fundamental sobre el que no se puede “negociar” y menos en los comienzos, con el tiempo una vez fortalecida la relación personal y comunitaria, “después que estén asentadas y ellas más desasidas”, pues de eso se trata, del desasimiento, de la libertad –de todo y todos– para poder amar en verdad. ¿Buscamos ser personas de un solo amor, en qué se van nuestros pensamientos? ¿Qué entendemos por “parcialidades”, qué es lo que debemos “sanear de raíz”, de qué modo?

*¿Hacemos que nuestro trato con Dios, nuestra experiencia de Dios, nuestra oración, sea un constante deseo de encuentro con Él?, ¿ponemos los medios?, ¿qué características tiene nuestra soledad?, ¿a qué llamamos soledad?

* El amor entre nosotras lo da por sobreentendido, no así el cómo. ¿Qué características tiene nuestro amor mutuo? La amistad se desarrolla con características diferentes en cada persona y respecto de cada una, ¿tenemos en cuenta y valoramos que cada amistad es única y particular?

* Cómo caracteriza Teresa las dos maneras de amor, qué distinciones hace.
De qué modo potenciamos nuestras amistades fundamentadas en la aceptación de Dios como centro de nuestra vida.
Qué quiere enseñarnos al referirse a “la sensualidad”, “la ternura”, etc., como ‘no motivadoras’ pero sí ‘concausas’ de una amistad.
Sabemos relacionarnos con las demás personas ¿cuáles son las motivaciones? ¿Cómo encauzamos nuestra sensibilidad?, ¿qué lugar le damos?

 
Capítulo 5
Prosigue en los confesores. Dice lo que importa sean letrados.

Teresa nos presenta ciertos temas fundamentales desde distintas ópticas,  ejemplificando con casos concretos y significativos: importantes para la “vida que pretendemos llevar”. En el capítulo anterior nos marcó los 3 elementos esenciales en la estructura de la persona: son nuestro ‘a b c’. Luego comienza con el amor, aquí nos ilustra ese amor en lo que respecta a los confesores, nos sirve de referente para las diversas relaciones de amistad. ¿Qué nos mueve, cómo las enfocamos, en qué nos enriquece, nos madura y hace crecer?

* Qué entendemos por libertad, qué exige a la persona una vida en y desde la libertad. Qué ‘argumentos’ trae como ejemplo Teresa para que se quite libertad a las hermanas. Qué otros hay o se pueden dar.
¿Qué nos quiere enseñar Teresa con los planteos que hace, cómo logra libertad de espíritu? Puntos básicos para el desarrollo y crecimiento espiritual, moral, humano, sicológico de la persona. Analicemos y enunciemos en los diversos órdenes: Libertad espiritual, de confesores, de las personas más cercanas afectivamente, etc.

* Procurar letras. Ventajas que aportan ‘personas de letras’. ¿Cómo encaramos en este aspecto nuestra formación? ¿Qué valor le damos? ¿Con qué medios contamos? ¿Valoramos y nos preocupamos por tener una formación sólida y completa?

* ¿Qué entendemos por “buena conciencia” y “verdadera luz”?


Capítulo 6

Torna a la materia que comenzó del amor perfecto.

            Aspectos esclarecedores del amor. Hay amores que le usurpan el nombre al amor, al ‘verdadero’, al ‘precioso’, al ‘bueno y lícito’, similar al de Jesús. No abunda, por eso quien lo tiene: dé gracias a Dios y quienes  no: comencemos a tomar gusto, a desear “virtud” tan grande. 

* ¿Cómo describimos estos dos tipos de relación interpersonal, de amistad de que habla Teresa? ¿En qué se diferencian? ¿Cuál es el objetivo de cada una? ¿Qué inconvenientes trae y qué esconde este mal llamado amor? ¿Qué califica el amor de las “almas generosas, almas reales”?
Estos párrafos explicativos de este capítulo pueden darnos la posibilidad de analizar nuestra forma de relación con los demás. ¿Qué nos mueve a amar a cada una de las personas? ¿Cuándo nos dejamos conducir por intereses personales, gustos, contentos? ¿Por qué? ¿En qué vamos notando una evolución y crecimiento?
Características del amor que describe en este capítulo. ¿Cómo distinguir lo esencial de lo superficial (secundario, que no perdura)?
¿Cómo nos valemos de la razón y la fe para saber analizar el modo de amar y relacionarnos con cada persona?
¿Qué frutos y ventajas se obtienen de este verdadero amor, para quien ama de este modo y para quien es amado por estas personas?

* ¿Cómo describe el conocimiento intelectual?, ¿el experiencial?, ¿desde la fe? ¿Qué aportan a la persona?

* No podemos hablar de definición, pero sí de ‘características’ ¿Qué elementos sobre oración nos aporta a los que nos da en Vida 8?


Capítulo 7
En que trata de la misma materia de amor espiritual, y da algunos avisos para ganarle.

Continúa con el tema planteado que viene desarrollando. Insistamos con algo esencial, desde donde partimos, el amor no son elucubraciones teóricas, no es cuestión de conceptos, el amor es una Persona: Jesús. Es nuestro manantial, allí bebemos de la fuente, aprendemos y nos nutrimos. Bueno es, a lo largo del libro, ir teniendo en cuenta cómo define a Jesús, qué características le atribuye, etc., y quién es Jesús para nosotras.

* Cómo describe este amor “apasionado”, qué es lo que busca la persona con este modo de actuar, qué características enumera en “esta voluntad”.
Pone como ejemplo el de Mónica con Agustín, ¿qué otros podemos enumerar?
Qué diferencias o características establecemos entre los distintos modos en que nos conduce Dios en el crecimiento y profundización de nuestro amor y nuestra forma de relacionarnos con Él y con nuestros prójimos. De qué modo ‘alimentamos’ nuestro amor.
Amor mutuo, es también sostén, soporte mutuo. ¿Cómo es el comportamiento de estas personas?, ¿cuáles los rasgos sobresalientes que se deben tener en cuenta y plantear de entrada?

* Importancia de la ternura y compasión. ¿Cómo los entendemos? ¿Qué cabida les damos en nuestro modo de relacionarnos?

* Hemos estudiado en estos capítulos diversos aspectos del amor, sabemos que es básico en cualquier relación interpersonal que se precie de tal, más aún en nuestro estilo de vida y compromiso vocacional.
¿Cómo hacemos que nuestras comunidades sean  fuente de vida más sana, lugar de acogida y hogar que invita al encuentro y la alegría compartida?
¿Podemos analizar cómo lo vivimos? ¿Qué importancia le damos? ¿Cómo alimentamos este amor y hacemos que crezca? ¿Podemos describir momentos en que nos hemos “entibiado”, qué ha implicado para nuestras comunidades y para cada una en lo personal? ¿A qué o a quién hemos recurrido para avivar ese amor?
Hagamos un poco de historia personal y comunitaria dando gracias a Jesús y pidiéndole tengamos nuestros ojos fijos en Él para saber amar.


Capítulo 8
Trata del gran bien que es desasirse de todo lo criado interior y exteriormente.

Continuamos dentro de los capítulos con los ‘presupuestos’ para la oración, su atención se focaliza en la persona y no en lo que hace la persona. Teresa hace el planteo centrada en Cristo, Él es quien tiene la iniciativa, y por quien debemos dejarnos conducir en esta delicada tarea del desasimiento, de la liberación de todo y todos, y para que se dé y llegue a buen puerto, ha de vivirse con la iluminación de propuestas claras y rotundas, y con la puesta en marcha de la inteligencia teresiana: no es ‘quitando’, sino ‘dando antes’ para poder después -y teniendo en cuenta la persona y sus procesos- ‘quitar’, ‘dejar’.

* Varias veces en este capítulo Teresa nos refresca que es Jesús quien “nos juntó aquí”, quien “nos trajo”, por lo tanto es Él quien nos convoca, Él tiene la iniciativa, esto nos exige una fuerte dosis de fe en nuestra vivencia cotidiana y relacionamiento personal. ¿Cuáles son nuestras respuestas a esta realidad y cómo asumimos nuestra responsabilidad de una sólida vida teologal?

* ¿Qué entendemos por “abrazarnos con sólo el Criador”? ¿Cómo lo podemos poner en ejecución? ¿En qué radica? ¿Qué encuentros tenemos con Jesús, cómo buscamos conocerle? ¿Qué es “darnos todas”, cómo lo concretizamos en nuestra vida, en qué consiste en lo ‘concreto y cotidiano’?

* En lo que hace a “deudos” (familiares), escribe con una fuerte carga negativa por lo que ha visto o vivido antes en la Encarnación, hoy y a la luz del Vaticano II es diferente nuestro enfoque y postura, pero es importante y bueno rescatemos el principio general válido para cualquier persona, ahora aplicado a nosotras: “la monja…que deseare para su consuelo…”, que las motivaciones no sean egoístas y no sólo en lo que respecta a parientes. Una vez más podemos preguntarnos ¿con qué capacidad de solidaridad y libertad nos conducimos entre nosotras, con nuestros familiares, con quienes sentimos más amigos, con los pobres, con nuestros bienhechores, con quienes no nos resultan ‘allegados’, con quienes “no simpatizamos”? ¿Con Dios? ¿Qué nos motiva normalmente, qué buscamos o pretendemos?


Capítulo 9
Que trata del gran bien que hay en huir los deudos los que han dejado el mundo, y cuán más verdaderos amigos hallan.

Jesús es quien genera nuestros lazos, nuestra comunión es hondamente teologal y nuestra vida debe partir de estos presupuestos también en lo que se refiere a los lazos de sangre. Las preguntas son similares a las que ya nos hemos hecho. Nos hace reflexionar el tema desde distintos prismas, permitiéndonos ahondar una y otra vez para pulir nuestra vida.

* ¿Qué lugar ocupan en nuestro pensamiento y preocupaciones cotidianas las [preocupaciones] de las personas “más allegadas” a nosotras? ¿Qué solucionamos con ello? ¿Qué aporta a nuestro crecimiento en el amor y la solidaridad, en una vida de mayor compromiso y entrega?

* Sabedoras de que es un largo proceso y una tarea constante ¿Cómo trabajamos por lograr y afianzar el desplazamiento afectivo, la renuncia, la negación y ser “personas de un solo amor” en quien “hallamos todo”?
¿Qué diferencias notamos cuando nuestro proceder y comportamiento parte y tiene su ancladura en el amor de Jesús? ¿En qué percibimos las diferencias de un amor más maduro y libre?
  
Capítulo 10
Trata cómo no basta desasirse de lo dicho, si no nos desasimos de nosotras mismas, y cómo están juntas esta virtud y la humildad.

Es prodigiosa la agilidad de Teresa para recordarnos el sentido profundo y único de nuestra vida, lo hace de las más diversas maneras como las variaciones de una misma melodía. La libertad de espíritu, con un fin determinado: volar a su Hacedor sin ir cargada de tierra y de plomo. No nos da lugar a distracciones ni a superficialidades, nos conduce invariablemente al centro y meollo de nuestro ser.
La liberación es un logro que se debe dar en diferentes niveles, el más difícil de abordar, por lo escurridizo es respecto de una misma, de uno mismo, encontramos fácilmente justificaciones a nuestro proceder, aquí (en este capítulo) la ‘magia y gracia’ de quien ha recorrido estos vericuetos.

* La dificultad mayor está en nosotras mismas, no es lo que está ‘afuera’. Nada es ‘ni malo ni bueno’, depende del uso, modo, destino… que la persona le dé, generalmente nuestras elecciones son sobre cosas, realidades, situaciones, todas ellas en sí buenas, aunque muchas no vienen bien a nuestro propósito por tener cierta carga de tierra y plomo. ¿Sabemos identificarlas, nos animamos a ponerles ‘nombre’?
¿Qué nos enseña Teresa al decir “contradecir la voluntad”? ¿Cómo lo entendemos? ¿Sobre qué aspectos hacemos hincapié? Cada una de nosotras sabe ‘adónde le aprieta el zapato’ y qué cosas, situaciones, etc., nos “debilitan”, ¿cuáles son las que nos quitan libertad de espíritu? ¿Qué “remedios” usamos para alimentar y fortalecernos en esta libertad? ¿Vemos las razones, o “el fin” que la motiva? ¿Qué o quienes nos ayudan en esto?

* ¿Qué relación encontramos entre desasimiento y humildad? ¿Qué se aportan mutuamente y en qué aspectos benefician a la persona? Y ¿a la comunidad?

* Hemos señalado que Teresa se remite a Jesús, al Jesús de los evangelios. Rastreemos en los evangelios qué dice Jesús de ambas, en qué circunstancias, cómo es su comportamiento y saquemos nuestras propias conclusiones en lo personal y comunitario.

* Cómo encaramos, cómo lo estamos viviendo, al tema de la salud en todos sus aspectos: espiritual, sicológico, corporal. ¿Qué importancia le damos? Respecto de este tema, ¿qué distinciones vemos, entre los tiempos de Teresa y el nuestro? ¿Qué podemos señalar al respecto, qué evaluación hacemos?


Capítulo 11
Prosigue en la mortificación, y dice la que se ha de adquirir en las enfermedades.

Capítulo que nos permite trabajar ciertos criterios de comportamiento, y no sólo respecto de las enfermedades.
Su lectura también nos invita a pensar que la enfermedad nos deja más al descubierto, se manifiestan más fácilmente nuestros ‘puntos flojos’, y al mismo tiempo podemos convertirlo en medio de maduración y crecimiento.

* ¿Qué anteponemos en la enfermedad, cuál es nuestra escala de valores? Tanto para quien padece la enfermedad como para quienes atienden y acompañan.

* Evaluemos los criterios de este capítulo a la luz de alguna aplicación de la misma Teresa. Por ejemplo lo que dice a María de San José en carta del 1 de febrero de 1580 (316, 2). Son varias las enseñanzas que podemos extraer de toda la carta, juicios de discernimiento que bien podemos aplicar a este tema de salud-enfermedad en cuanto a “hablar claro”, en cuanto “a quién contentamos”, por quién nos movemos. Cuáles son las razones para decir ciertas cosas (también enfermedades).
Qué enseñanzas recogemos de una lectura paralela entre este capítulo, la carta citada y Vida 31,17.

* ¿Asumimos la responsabilidad de nuestra propia vida en toda la variedad de situaciones que se nos presentan a diario? ¿Cuáles nos cuestan más? ¿Por qué?
Características de nuestro modo de conducirnos. En qué realidades o estados sabemos relativizar, (no sentirnos ‘ombligo del mundo’), y en cuáles vemos que el eje queda descentrado, ¿reconocemos las causas?
 En qué consiste este “dejarnos toda en Dios”. Ejemplos y aplicaciones actuales. Cuáles son las “ganancias” del ‘señorío’ que describe Teresa.

* “Acordémonos de nuestros padres santos pasados”, hagamos memoria, historiemos nuestra vida, conozcamos nuestras raíces para hacer una lectura más acabada de nuestro hoy, y tracemos las líneas de nuestro futuro en consonancia con el fluir de una rica e inagotable corriente en la cual estamos inmersas donde el Espíritu, la Ruah es aliento vital.
Preguntémonos de qué modo lo hacemos, qué nos aporta, y cómo lo enhebramos con lo que estamos llamadas a vivir teniendo en cuenta además el lugar, la cultura, la iglesia, la sociedad en que nos encontramos.

Capítulo 12
Trata de cómo ha de tener en poco la vida el verdadero amador de Dios, y la honra.

Recapitulemos nuestro propio “darnos todas al todo sin hacernos partes” o como dice San Juan de la + “seguir a Cristo desnudamente”. Cómo lo hemos vivido al entrar al Carmelo. Cómo lo vivimos ahora. Qué cosas acentuamos o valorizamos más, ¿por qué?
Cómo hemos llevado a la práctica y hemos concretizado a la hora de vivir el “poco a poco” que Teresa nos enseña. (Con nosotras mismas, con las demás hermanas).

* ¿Cómo entendemos hoy la vida consagrada?
¿Qué aspectos en nuestra vida –personal, comunitaria– son anuncio de Buena Nueva para nuestros hermanos y hermanas? De qué modos buscamos visibilizarla.

* ¿En qué consiste “contradecir en todo nuestra voluntad”? Cómo la articulamos en nuestra vida, ¿de qué manera la abordamos y trabajamos en ella?, ¿a qué nos debe conducir?, ¿qué frutos debemos obtener?

* Aquí no da definición de humildad, antes que nada la “personaliza”: Jesús, nos remite a él. Mirémosle, acerquémonos al Jesús histórico y estudiemos estos rasgos en su vida.

* Analicemos lo que Teresa llama “honra” y “mayorías”. En qué aspectos actuales se ‘cuelan’ y cómo los detectamos. Ámbitos y relaciones de poder, bajo ‘color de qué’ los percibimos. En los grupos humanos fácilmente suelen darse, en nuestros casos normalmente son muy sutiles, ¿de qué modo los vivimos?, ¿cómo buscamos sanearlos?
En qué ámbitos comunitarios hablamos y ‘ponemos sobre la mesa’ lo que pensamos. ¿Cómo purificamos nuestra relación interpersonal, cómo estrechamos nuestra relación comunitaria?

Capítulo 13
Prosigue en la mortificación, y cómo ha de huir de los puntos y razones del mundo para llegarse a la verdadera razón.

Una vez más Teresa se nos presenta interesante y aguda, nos hace evaluar qué causas o por qué razones nos ‘molesta’ y nos consideramos tratadas arbitrariamente, o ‘dejadas de lado’, o ‘poco reconocidas’. Como es habitual en ella, nos invita a ubicarnos frente o junto a Jesús. Al mirarlo a Él, nos podremos resituar y haremos de Jesús nuestro centro, por lo tanto será otro (y ‘muy otro’) nuestro análisis y evaluación. El tema es de envergadura, lo ha hablado muchas veces y quiere que no caiga en el olvido ni se diluya, por eso “ahora lo quiero dejar escrito aquí”.

* ¿Qué importancia le damos nosotras?

* ¿Cómo hacemos los análisis de los hechos, qué modos utilizamos para buscar la mayor objetividad posible? ¿Nos preguntamos qué situaciones o personas nos irritan o molestan?, ¿nos hemos preguntado por qué? ¿Lo evaluamos de igual manera cuando ‘somos parte’ a cuando somos ‘meras espectadoras’?

* ¿Tenemos el mismo comportamiento tanto para situaciones negativas como positivas? O sea, cuando nos reconocen, nos tienen en cuenta, o estiman lo que hacemos o pensamos, etc., ¿respondemos y obramos sin que estas cosas sean motivadoras de nuestros comportamientos? ¿Cuáles son las razones? ¿Cómo debemos ir puliendo nuestra manera de conducirnos?

* ¿Cómo respondemos a las actitudes o situaciones negativas que se dan en nuestras relaciones personales o comunitarias? ¿Qué nos provoca interiormente? ¿Cuáles son las más dificultosas de vivir? ¿Por qué? ¿Qué modos buscamos para no dejarnos conducir por ello?
¿Y en cuanto a las actitudes o situaciones positivas (de halago o reconocimiento)?

* En el término “costumbres”, ¿a cuáles se refiere? Rastreemos esta palabra las 10 veces que la utiliza en toda su obra, dentro de qué contextos y qué le significan a la persona.
 Las “costumbres” desde la comprensión teresiana ¿qué aportan a la persona y a la vida comunitaria?

* Otro tema que está en estas páginas es un aspecto del discernimiento vocacional en lo que hace a sopesar las condiciones para que en visión de futuro la persona desarrolle en plenitud sus capacidades y sea feliz. ¿Cuáles son esenciales a nuestro estilo de vida? ¿Cuáles no pueden faltar? ¿Sabemos decir ‘no’? ¿En qué etapas del proceso? Tema extenso y delicado que da para un abanico enorme de preguntas y cuestionamientos que nos podemos hacer para ver cómo enfocamos algo tan primordial.

* Este punto 5 del capítulo es más extenso y está escrito con más fuerza en la 1ª redacción: “¡Oh, qué grandísima caridad haría y qué gran servicio a Dios, la monja que se viese no puede llevar las perfecciones y costumbres que hay en esta casa, conocerse e irse y dejar a las otras en paz...! Y aun en todos los monasterios (al menos si me creen a mí) no lo tendrán ni darán profesión hasta que de muchos años esté probado a ver si se enmiendan.. -No llamo faltas en la penitencia y ayunos, porque aunque lo es, no son cosas que hacen tanto daño. Mas unas condiciones que hay de suyo amigas de ser estimadas y tenidas, y mirar las faltas ajenas y nunca conocer las suyas y otras cosas semejantes, que verdaderamente nace de poca humildad; si Dios no favorece con darla gran espíritu, hasta de muchos años verla enmendada, os libre Dios de que quede en vuestra compañía. Entended que ni ella sosegará ni os dejará sosegar a todas. Como no tomáis dote, háceos Dios merced para esto, que es lo que me lastima de los monasterios: que muchas veces, por no tornar a dar el dinero, dejan el ladrón que les robe el tesoro, o por la honra de sus deudos. En esta casa tenéis ya aventurada y perdida la honra del mundo, porque los pobres no son honrados; no tan a vuestra costa queráis que lo sean los otros. Nuestra honra, hermanas, ha de ser servir a Dios. Quien pensare que de esto os ha de estorbar, quédese con su honra en su casa; que para esto ordenaron nuestros padres la probación de un año, y en nuestra Orden que no se dé en cuatro, que para esto hay libertad. Aquí querría yo no se diese en diez. La monja humilde poco se le dará en no ser profesa; ya sabe que si es buena, no la echarán; si no, ¿para qué quiere hacer daño a este colegio de Cristo. Y no llamo no ser buena, cosa de vanidad, que, con el favor de Dios, creo estará lejos de esta casa; llamo no ser buena, no estar mortificada, sino con asimiento de cosas del mundo o de sí en estas cosas que he dicho. Y la que mucho en sí no le viere, créame ella mesma y no haga profesión si no quiere tener un infierno acá, y plega a Dios no sea otro allá, porque hay muchas causas en ella para ello; y por ventura las mesmas de la casa no las entenderán, ni la mesma, como yo las tengo entendidas”.

Capítulo 14
En que trata lo mucho que importa no dar profesión a ninguna que vaya contrario su espíritu de las cosas que quedan dichas.

Algo había quedado vislumbrado en el capítulo anterior, aquí se dedica de lleno: la importancia de admitir o negar una profesión religiosa.
En un grupo tan pequeño cada miembro influye mucho. Se nos juega el estilo y talante de la comunidad, cada una de las hermanas somos responsables tanto en lo que respecta a la apreciación y evaluación sobre la admisión o no, como -a lo largo de nuestra vida- en ser parte activa e integrante de toda la realidad comunitaria más allá del oficio en el que esté sirviendo, pues cada una con sus características y riquezas propias aporta al crecimiento de la comunidad.

“Favorece el Señor a quien se determina”, sabemos que no sólo está el llamado sino la capacitación por parte de Dios, ¿cuáles son las (razones, capacitaciones, etc.) que consideramos imprescindibles para nuestro estilo de vida? ¿Cuáles consideramos que con un cierto tiempo pueden adquirirse o evolucionar? ¿Cómo trabajamos estos tiempos?

* “Buen entendimiento”, “talento”, sinónimos de sentido común, inteligencia, comprensión, que hacen a la impronta de la persona, y se plasman de diferentes modos pero no pueden faltar. ¿Desde qué criterios los evaluamos y tenemos en cuenta? ¿Cómo los trabajamos en comunidad y les damos cauce para que cada una los desarrolle?

* Cuando tenemos que hacer una votación en que nuestro voto será negativo ¿el tiempo transcurrido (los años en que la novicia o profesa temporal ha compartido con nosotras) nos juega en contra?, ¿por qué?
A veces interpretaciones erradas nos dificultan ciertas decisiones, ¿reparamos que no es ‘bondad’ aceptar y aprobar a quienes no tienen las características que consideramos necesarias para nuestro estilo de vida, o que no compatibilizan con nuestro grupo comunitario? ¿Nos sentimos libres para tomar las determinaciones según el seguimiento que hemos ido viviendo? ¿Los análisis los podemos hacer comunitariamente? ¿Buscamos en profesionales idóneos completar los espacios para los cuales no estamos capacitadas? ¿Nos capacitamos nosotras para contar con los elementos necesarios para buenos discernimientos y dar pautas a la persona para su crecimiento y maduración personal? ¿Qué importancia le damos a estas cosas?

Capítulo 15
Que trata del gran bien que hay en no disculparse, aunque se vean condenar sin culpa.

La ejecución danzante de las tres virtudes grandes, las tres cosas necesarias del cap. 4, sigue desplegando sus movimientos. Nos lleva a analizar ‘resortes’ de los que nos valemos para autojustificarnos, pero no son desentrañadores de ‘la verdad’, ni nacen de un buen discernimiento y humildad.
Imitar no es reproducir, copiar, repetir. La propuesta de Teresa en la sentencia “es gran imitación del Señor”, “imitar al Señor” es vertebral, es participación en la vida de Cristo, por lo tanto tiene fecundidad. No somos repetidoras, somos partícipes, invitadas a compartir la vida con Jesús, en y desde Él.

* ¿Cómo interpretamos y llevamos a la práctica esta participación, este “imitar al Señor” que nos plantea Teresa? ¿Qué consecuencias comunitarias tiene una falsa o errada interpretación de la humildad? ¿Qué aportes de crecimiento en la relación interpersonal, cuando es trabajada mirando a Jesucristo? ¿Interpretamos el Sí de Cristo en su Pasión como salvífico y no-masoquista? ¿Sabemos tener también nosotras un silencio activo, como el suyo?, ¿o el nuestro es un silencio meramente pasivo?

* ¿Tenemos conciencia de nuestro pecado, de su profundidad y malicia? ¿De las repercusiones no sólo personales, sino comunitarias y sociales? ¿Cómo reaccionamos cuando nos lo evidencian?

* Como es habitual, nos centra en Jesús, se dirige directamente a Él y nos “zambulle” en su oración. Casi sin darnos cuenta nos podemos apropiar de sus palabras y dejarnos interpelar con sus cuestionamientos y dolores. “Tantas veces os he dejado a vos” sinónimo de pecado en el vocabulario teresiano.  Dejar a quien nos ama “con tanta fidelidad”. ¿En qué medida nos hacemos estos planteamientos, a qué consecuencias llegamos?
* “Qué es lo que es y qué es lo que no es”. No se anda con vueltas para centrarse y apoyarse en lo que es consistente, estable, y le permite vivir con libertad de espíritu, no la limita ni motiva lo que digan –en este caso: negativo, pero lo mismo si fuese positivo–, no anda buscando contentar a las criaturas. ¿Cómo nos vemos nosotras? Analicémoslo tanto en lo personal como en lo comunitario. Como comunidad qué criterios utilizamos, cuánto nos influye “el qué dicen” o “el qué dirán” a la hora de vivir nuestro carisma con los desafíos que se nos presentan. Interesante propuesta, de una actualidad enorme ante tanta palabra sin fundamento ni compromiso de vida: ser predicadoras de obras.

* ¿Cómo trabajamos esta certeza de que tanto el mal como el bien que hagamos no quedará en secreto?
¿Evaluamos en qué momentos debemos callar y en cuáles no? ¿Nuestros silencios son de confianza y esperanza en el Señor? ¿Nos alienta su modo y la gradualidad que nos propone en el ejercicio, en ese poco a poco, y en apoyarnos en Jesús? ¿Qué inconvenientes encontramos a la hora de la práctica cotidiana? ¿Cómo favorecemos esta libertad y nos ayudamos mutuamente?

Capítulo 16
De la diferencia que ha de haber en la perfección de la vida de los contemplativos a los que se contentan con oración mental, y cómo es posible algunas veces subir Dios un alma distraída a perfecta contemplación y la causa de ello. -Es mucho de notar este Capítulo y el que viene cabe él.

Aún estamos en los presupuestos. Si bien nos es dado –el don– hay que disponerse para recibirlo. Capítulo de un hondo contenido de teología espiritual de la Gracia y de la libertad. 

* A medida que avanzamos en el diálogo con Teresa a través de estos capítulos ¿vamos teniendo en cuenta (evaluando, corroborando cómo los vivimos, etc.) los elementos forjadores de la persona que ella subraya como esenciales?

* ¿Apreciamos que este llamado a la contemplación sea abierto a todo ser humano? ¿De qué modo lo interpretamos y cómo buscamos compartirlo, participarlo?

* A pesar del anuncio sigue aún con los presupuestos, ¿hacemos hincapié con esta energía y certeza de su importancia en nuestra vida? ¿Cuáles son los que más trabajamos? ¿Cómo explicitamos y vivimos –en lo concreto y cotidiano– este “disponernos” y la certeza de que la contemplación es “don” y no premio a nuestros esfuerzos?

* Analicemos la bienaventuranza a la que Teresa hace referencia. ¿Cómo nos disponemos a recibir un don gratuito? En qué consiste nuestra propia “determinacioncilla” y por qué podemos ‘desatinar’.

* “Los ojos en Él”, “los ojos en el Señor”, “los ojos en Cristo”, “los ojos en el centro… adonde está el Rey”, es casi una muletilla, pues es la manera de entrar en su corriente, participar de su proyecto: “encendidas en su amor”. ¿Qué nos provoca y a qué nos conduce este sabernos miradas – amadas por Jesús? ¿Cómo lo integramos en nuestros acontecimientos y situaciones de cada día con los valores y desvalores que les atribuimos?

Capítulo 17
De cómo no todas las almas son para contemplación, y cómo algunas llegan a ella tarde, y que el verdadero humilde ha de ir contento por el camino que le llevare el Señor.

Con precisión ya en el epígrafe nos dice que no todas estamos llamadas para contemplación. La vocación de toda persona es la unión plena con Dios, no importa el camino por el cual nos lleve. La alegría con que lo vivamos traslucirá nuestra apertura a su voluntad.

* Hemos visto en capítulos anteriores la relación entre desasimiento y humildad, también que a esta última la personaliza en Jesús; consecuencias comunitarias que acarrea una falsa o errada interpretación de la humildad; el crecimiento en la relación interpersonal cuando es trabajada mirando a Jesucristo; lo que implica un silencio activo. Insiste en este capítulo ubicando como elemento básico, “cómo ejercitarnos mucho en la humildad”, preguntémonos entonces ¿cómo lo hacemos, sobre todo cuando surgen circunstancias imprevistas?
¿Tenemos en cuenta que a veces callamos o no obramos según nuestros propios criterios, por una errónea comprensión y vivencia de la humildad? ¿En nuestra vida cotidiana –a nivel personal o comunitario–, favorecemos los criterios de humildad que remarca Teresa o es más fuerte la postura de personas humildes = sumisas?

* Nos recuerda –en este caso, aunque válido para los demás órdenes de la vida– que no es por nuestros esfuerzos ni por nuestras capacidades que ‘logramos’ o ‘no logramos’ ser contemplativas, pues es un don, un regalo. ¿Cómo son nuestros comportamientos ante la gratuidad de los dones de Dios? ¿De qué modo nos disponemos, nos preparamos?

* ¿Qué actitudes tenemos con el correr de los años? ¿Consideramos que los “resultados” no son acordes a las expectativas que nos habíamos hecho? ¿Cómo buscamos resolver estos comportamientos nuestros?

* ¿De qué modo interpretamos y llevamos a la práctica este ‘aceptar la voluntad de Dios y de nuestra propia misión en la Iglesia’?
¿Cuáles son nuestros actuales ‘miedos’? ¿Cuáles nuestras aspiraciones? ¿Cómo ponemos a su servicio y de nuestras hermanas y hermanos todas nuestras capacidades y dones? ¿Y cuando nuestras respuestas y nuestras actitudes de vida –de acuerdo a lo que vemos es voluntad de Dios– nos llevan a ser mal comprendidas o mal interpretadas?


Capítulo 18
Que prosigue en la misma materia y dice cuánto mayores son los trabajos de los contemplativos que de los activos. -Es de mucha consolación para ellos.

Diferentes caminos o modos a través de los que Dios nos llama a vivir nuestra personal vocación. No son estas maneras en las que tenemos que detenernos para evaluar nuestros propios procesos, sino en nuestras respuestas de amor y servicio.
Elementos o razones que determinan la “forma” en que Dios se comunica (3): Quien da a cada persona de acuerdo a lo que más conviene
                           a à             esa determinada persona,
                           Dios,
                                       los prójimos.

* ¿Sabemos aceptar y valorar los matices y el modo en que cada una vive su vocación en el convento? ¿Cuestionamos las diferentes maneras de vivir la espiritualidad carmelitana que tienen nuestras hermanas? ¿Analizamos qué cosas nos ‘molestan’ y por qué?

* Estas mismas preguntas las podemos hacer también respecto de otras comunidades, pues cada una tiene su impronta, su identidad propia.

* Delineemos en pocas palabras cómo nos dejamos conducir por Dios, cuál ha sido y es actualmente nuestra respuesta y adhesión a la obra de la Ruah en nosotras.

* ¿Cuáles son las cosas que más nos cuestan? ¿Cuáles las que nos permiten desplegar más nuestras capacidades y responder más plenamente a la acción de Dios en nosotras?

* Muchas veces hemos confundido el modo de vivir la obediencia dando lugar a añiñamientos y a declinar la responsabilidad personal en otra persona, también somos concientes que ciertas modalidades responden a los tiempos y cultura propios de la época, que ahora chocan con la nuestra, pero hay ciertos elementos medulares y que Teresa destaca en lo que hace a obediencia: adherirnos plenamente a la voluntad de Dios, configurarnos con Cristo, valorar las mediaciones humanas. ¿De qué modo trabajamos estos tres elementos? Finaliza el capítulo animándonos “El Señor, por quien es, nos dé luz para seguir en todo su voluntad, y no habrá de qué temer”. ¿Cómo hacemos para vivir la voluntad de Dios en obediencia y desde la profecía a la que estamos llamadas?


Capítulo 19
Que comienza a tratar de la oración. -Habla con almas que no pueden discurrir con el entendimiento.

Nos introduce en la oración con varios símbolos, es un camino que nos conduce hasta la fuente de agua viva. No da definiciones sobre la oración, tampoco para hablar de la contemplación, se vale de una rica simbología que en nosotras lectoras nos sugiere, evoca y nos sentimos invitadas a vivir nuestra propia experiencia. Denota preocupación pastoral.

* ¿Cómo o desde dónde nos ubicamos para leer (dialogar con Teresa) este capítulo? ¿Cuál es nuestra experiencia personal? ¿Nuestros “estados” más comunes, nuestros puntos más débiles? ¿ y los más “fuertes”?

* ¿De qué modos buscamos a Jesús, nos abrimos a su presencia? ¿Cómo nos disponemos y le damos lugar para que obre en nosotras?

* Sabemos que Dios nos capacita y aumenta con su amor el nuestro. ¿Cuáles son nuestros desalientos o prejuicios en nuestro camino oracional? ¿Qué dificultades se nos presentan más comúnmente? ¿Cuáles son nuestros ‘tironeos’ entre lo que aspiramos vivir y lo que debemos ‘dejar’? ¿Qué ‘cosas’ nos favorecen? ¿Cómo las incluimos y efectuamos?

* ¿Implementamos de algún modo en nuestras comunidades, espacios o tiempos de oración en donde toda persona se sienta invitada a compartir este encuentro y se sepa llamada a este ‘convite’ que hace Jesús a todos? 

* ¿Cómo nos planteamos los desafíos que nos presenta la sociedad en la que estamos insertas? ¿De qué manera les damos cauce?

¿Cómo vivimos y concretizamos en lo personal y comunitario este “doble movimiento” que explica nuestra hermana Cristina Kauffman? "Creo que el momento presente exige un doble movimiento: primero, salir de una instalación en estructuras de aislamiento para aprender a vivir en la intemperie de la pluralidad y el desarraigo de seguridades penúltimas, y segundo, entrar dentro de nosotras mismas, en el más profundo centro, dentro del "castillo interior". […] Creo en la fuerza de la vida interior, en el manantial irrestañable de vida nueva que brota en cada persona que es el Espíritu de Jesús (cf. Jn 4, 37-39). Podemos ser fuentes de agua viva para quien quiera descubrir su propia sed[7]".

Capítulo 20
Trata cómo por diferentes vías nunca falta consolación en el camino de la oración, y aconseja a las hermanas de esto sean sus pláticas siempre.

Nos alienta a responder ese encuentro pleno con Jesús, a que no quede por nosotras, que nuestra vida tenga el ‘tinte’ de apertura y búsqueda a su Presencia, ‘ser orantes’, hay una llamada universal a la oración. La contemplación es puro don y como tal gratuito.

* Comienza con dos citas evangélicas muy caras a nosotras (Jn 14, 2; 7, 37), hagamos ‘memoria’, recordemos: pasemos por nuestro corazón algún momento de nuestra historia en que ‘meditando – rumiando’ uno de estos dos pasajes, nos detuvimos frente a Jesús, ¿qué nos provocó, a qué nos invitó? Y hoy ¿qué nos dice?, ¿qué le decimos?, ¿qué respuestas de vida provoca en nosotras?

* ¿De qué maneras nuevas nos aprovechamos actualmente para lograr “algún bien” para las personas que se acercan a nuestras comunidades?, y de las que no lo hacen? ¿Cómo participar las riquezas de nuestra oración, cómo explicitamos “el amor que somos obligadas a tener a los prójimos”?

* Teresa, amante y buscadora empedernida de la Verdad, sabe que la oración es la escuela, pues allí aprendemos la verdad de sabernos amadas por Dios e impulsadas a amar. Este amor se concretiza en rostros y nombres. Es un ejercicio que nos hace madurar constantemente en nuestras relaciones interpersonales. ¿De qué modo vinculamos oración y vida? ¿Cómo es nuestra relación comunitaria? ¿Qué grado de profundidad hemos logrado? ¿Qué es lo que más valoramos? ¿Qué es lo que más nos cuesta?

* ¿Aceptamos y potenciamos las muchas maneras [que da el Señor] a beber a los que le quieren seguir? ¿Cómo nos comportamos, qué cabida damos a la respuesta personal y única que cada hermana tiene y aporta en nuestras comunidades?

Capítulo 21
Que dice lo mucho que importa comenzar con gran determinación a tener oración, y no hacer caso de los inconvenientes que el demonio pone.

La respuesta vital de Teresa, en lo que respecta a la oración que hoy gozamos como ‘lógica y normal’, fue una clara transgresión a lo que se pedía y exigía a las mujeres de su tiempo. Pone en boca del ‘demonio’ lo que decían los “demonios de carne y hueso”, como bien aclara en nota el P. De Pablo Maroto[8].

* A veces olvidamos o nos desanimamos (“para lo que el Señor nos juntó en esta casa”), hay etapas de nuestra vida que se nos hacen más desalentadoras y tediosas ¿cómo mantenemos viva la llama? ¿Qué medios buscamos?

* ¿Cómo planteamos nuestros objetivos y elaboramos los proyectos de vida a nivel personal y comunitario? ¿Evaluamos y trabajamos sororal y comunitariamente? ¿Cuáles son las situaciones que más nos desalientan? ¿Y las que más nos animan?

* Hay valores que no cambian ni “se negocian”, que hacen a lo esencial de nuestra vida ¿Cuáles consideramos así? ¿Cómo los ‘cuidamos’?

* Si bien hoy no nos dicen tan abiertamente “no es para mujeres”, “mejor será que hilen”, muchas veces sin siquiera participar de nuestro estilo de vida ni pertenecer a nuestras comunidades, nos ‘exigen’ o ‘reclaman’ que vivamos de maneras que consideramos no responden a lo que Jesús nos está pidiendo a nosotras mujeres, religiosas, carmelitas del siglo XXI ¿Cómo analizamos estas cuestiones? ¿Qué actitudes generan en nosotras? ¿Cómo nos hacemos espaldas unas a otras[9] y enriquecemos nuestra espiritualidad carmelitana personal y comunitaria?
* ¿Vivimos de acuerdo a la certeza de que la oración es nuestra misión y obligación?
¿De qué modos alimentamos y cuidamos nuestra oración? Teresa sufrió mucho la imposibilidad de acceder a libros que la nutrieran, realidad que hoy nosotras gracias a Dios, desconocemos, ¿cómo nos aprovechamos de ellos?

* Se dirige, como ya nos tiene acostumbradas y enseñadas a este “Maestro de la Sabiduría”, y como Él nos anima ¡no tengan miedo! ¿Cuáles son actualmente ‘nuestros miedos’? ¿Cómo nos conducimos? ¿Nos animamos a dejar los miedos a un costado, y que no nos ‘paralicen’ los temores? ¿Dónde encontramos nuestra fortaleza y la razón de nuestra esperanza, el fundamento de nuestra vida para seguir siendo Betania para nuestros hermanos y hermanas? ¿De qué modo lo somos?

Capítulo 22
En que declara qué es oración mental.

Coherencia en nuestros actos, coherencia de vida. La oración –cualquiera sea el estilo o manera– implica a toda la persona. En quién tenemos puesta nuestra confianza, y cómo respondemos.

* La verdad de Dios es comunicarse a nosotros, a cada persona, en ese derroche de amor y gracia constante, como en el misterio trinitario. ¿Cómo nos aprestamos a vivir esa comunicación? 

*¿Qué respondo a la pregunta “¿Quién es Dios?” desde mi experiencia personal? ¿Cómo influye en mi ser, en mi persona ese conocimiento que voy adquiriendo sobre Dios comunidad – comunión?,  ¿y en mi accionar diario?

* Como habló a la samaritana y a los discípulos, en la oración Jesús nos habla también de su sed, ¿cómo integramos nuestra realidad latinoamericana, los desafíos actuales que nos recordó Aparecida? ¿Cómo vamos asumiendo los ‘intereses’ de Jesús? ¿De qué modo los vivimos como propios?

* ¿Podemos detallar las características de nuestra oración personal? ¿De cuáles ‘cimientos’ somos más cuidadosas? ¿Qué modos nos benefician más?

Capítulo 23
Trata de lo que importa no tornar atrás quien ha comenzado camino de oración, y torna a hablar de lo mucho que va en que sea con determinación.

Sólo leerla nos lleva a implicarnos con mayor fuerza, nos contagia su “determinada determinación”, nos hace pensar y evaluar ‘qué estamos haciendo, cómo nos comportamos, a qué jugamos’ cuando decimos sí y luego nos quedamos en vericuetos perdiendo el tiempo o por lo menos no avanzando en nuestro proyecto de vida, “…tener el pensamiento en quien enderezo las palabras”.

* ¿Cómo vivimos esta ‘determinación’? ¿Somos concientes de que lo nuestro es ‘darle ``algo`` de lo que nos ha dado’ Jesús previamente? Diariamente, ¿en qué hacemos consistir este “darle”?

* ¿Cómo interpretamos (vivimos) –en la práctica cotidiana– que “el tiempo no nos pertenece como cosa propia”? ¿Buscamos ‘excusas’ que justifiquen nuestros descuidos? 

* ¿Podemos decir que conocemos la bondad del Señor por experiencia, o sólo por fe? ¿Qué experiencia (en la oración) tenemos de su amistad?

* La propuesta es una oración ágil, con energía, vivaz, ¿la percibimos así?, ¿de qué modo nos embarcamos en este dinamismo vital?

Capítulo 24
Trata cómo se ha de rezar oración vocal con perfección, y cuán junta anda con ella la mental.

Perspicacia y agudeza para desgranar elementos básicos en lo que respecta a nuestra oración, pero revelan nuestro modo de ser y de relacionamiento.

* Qué alegría y tranquilidad produce saber que nuestra forma personal de ser, con nuestras características propias y únicas son suficientes para entablar el encuentro con Dios, ¡son las que Dios quiere, Él nos las dio! ¿Valoramos esta realidad?, ¿qué particularidades de nuestra personalidad ponemos más en juego, cuáles desarrollamos más? ¿Qué nos aporta?

* ¿“Quién es ese Padre nuestro y quién es el maestro” para cada una, para nuestra comunidad?

* Según las circunstancias ¿sabemos flexibilizar los modos de oración, buscar aquel que más nos “aproveche” aunque nos dé cierta vergüenza parecer estar en “los comienzos”?

“No nos contentemos con sólo eso”, “con que <<esto basta>>”, hoy se nos plantean nuevos desafíos ¿hemos tratado de compartir nuestros modos de oración? ¿Con quiénes? ¿Hemos hecho alguna experiencia de oración ecuménica?

* ¿La soledad la vivimos como espacio y tiempo para saber con Quién estamos? ¿Cómo procuramos este “a solas”? ¿Qué es lo que valoramos de esta soledad?

Capítulo 25
En que dice lo mucho que gana un alma que reza con perfección vocalmente, y cómo acaece levantarla Dios de allí a cosas sobrenaturales.

Hemos finalizado los presupuestos de la oración, de modo conciso clarifica términos con acertadas descripciones que nos pueden ayudar a sistematizar lo que nos ha enseñado en otros libros.

* “Muestra su Majestad que oye al que le habla, y le habla su grandeza”. 
Son varias las veces –en capítulos anteriores y aquí también– en que nos hace tomar conciencia que Dios ‘no está callado’, ‘nos responde’, ‘nos habla al corazón’…, ¿qué lugar le damos?, ¿cómo respondemos?, ¿qué implica para nuestro compromiso de vida?, ¿en qué aspectos personales se percibe más?

* Son muchas ‘horas’ de oración las que tenemos vividas ¿seguimos cuidando rezar con “concierto”?, ¿qué atención debo tener en ‘cada encuentro’ para que no pierda frescura y gane profundidad? 

* ¿Sabemos darle ‘espacio a Dios’ o nos empecinamos en nuestros discursos y estilos propios?

* ¿Compartimos comunitariamente nuestras experiencias oracionales?, ¿de qué modo? ¿Nos ayuda a hacer más viva la presencia de Jesús en medio nuestro? 

Capítulo 26
En que va declarando el modo para recoger el pensamiento. -Pone medios para ello. -Es Capítulo muy provechoso para los que comienzan oración.

Teresa ratifica su certeza de esa verdad que le permite desplegarse: la dignidad de la persona humana.

* ¿Cuáles son nuestros ‘modos habituales’ en la oración? ¿Qué aspectos vivimos con más cuidado?

* ¿Hacemos presente a Jesús?, ¿de qué manera en lo que respecta a nivel individual?, ¿y a nivel comunitario?

* Nuestro pueblo latinoamericano se siente muy identificado con Jesucristo, ¿con qué aspectos de su relación con Jesús nos sentimos más en consonancia? ¿Por qué razones? ¿Qué aportes podemos hacer desde nuestro estilo de vida?

* “Andar con Él”, implica también que ‘se nos pegue’ su modo, interiorizar y explicitar con mayor hondura su presencia en nosotras, ¿qué podemos ver al respecto en nuestras vidas?

Capítulo 27
En que trata el gran amor que nos mostró el Señor en las primeras palabras del Paternóster, y lo mucho que importa no hacer caso ninguno del linaje las que de veras quieren ser hijas de Dios.

Nos conduce como en círculos concéntricos hacia una percepción más profunda del misterio amoroso de Dios y sus creaturas.

* Se dirige a la primera persona de la Trinidad como Padre, ¿cuál es nuestro modo de decirle?, hoy también solemos llamarle “Padre – Madre”, ¿cambia en algo nuestro modo de relación con Dios, con las personas, con el cosmos?, ¿qué implicancias tiene en nuestra vida?, ¿qué nuevas vetas nos aporta?

* Teresa nos tiene acostumbradas a sentarnos a su mesa oracional, “aficionándonos” paulatinamente a acercarnos “cabe tan buen maestro”, ¿cómo vamos siendo llevadas para dejar “de entender con el entendimiento” y crecer en el amor?

* ¿De qué modo vivimos y explicitamos este misterio de comunión y participación trinitaria?

* ¿Con qué aspectos o características de la vida de Jesús nos sentimos más en sintonía? ¿Por qué razones?

* ¿Cómo llevamos a la práctica y estamos atentas a acercar nuestro estilo de oración y relación orante a tantos y tantas sedientas de Dios como aporte a la promoción y dignidad humana?

Capítulo 28
En que declara qué es oración de recogimiento, y pónense algunos medios para acostumbrarse a ella.

Mirada altamente positiva, la persona humana está invitada a una riqueza inagotable y creciente.

* ¿De qué formas procuramos “entender por experiencia” la inhabitación trinitaria?, ¿de ser receptivas e ir creciendo en el proceso de interiorización en ese ‘espacio’ de comunión con Dios y con los santos?

* Teresa anticipándose al Concilio Vaticano II nos recuerda que la persona humana se encuentra consigo misma al encontrarse con Dios, esta ‘personalización’ es en un plano humano, sicológico y espiritual ¿buscamos integrar estos planos?, ¿cómo?, ¿qué importancia le damos?

* ¿Encontramos en los santos a nuestros ‘compañeros de camino’? ¿Cuáles son nuestros deseos –manifiestos o latentes– en nuestra relación con María y los santos? ¿Qué correlación expresamos o vivimos entre nuestra experiencia humana personal y nuestra devoción?

* Podemos analizar qué lugar ocupan María y los santos, en la piedad popular, sobre todo en las mujeres de nuestro pueblo, ¿qué elementos y riquezas nos aportan a nuestra forma de vivir la espiritualidad?, ¿qué ‘puntos en común’ valoramos más?

* ¿Valoramos y nos nutrimos de los aportes de mujeres en el trabajo de alimentar y actualizar nuestra espiritualidad y nuestra fe? ¿Qué podemos decir al respecto? ¿Qué autoras nos han iluminado más y en qué temas o realidades? ¿Qué obras nos resultan más significativas? ¿Qué nos aportan al diálogo y lectura de la obra teresiana?

Capítulo 29
Prosigue en dar medios para procurar esta oración de recogimiento. -Dice lo poco que se nos ha de dar de ser favorecidas de los prelados.

Nos ha dado pautas básicas, ahora ejemplifica y nos aporta desde la experiencia realidades que nos ayudan a clarificar nuestro modo de ser y de obrar.

* Línea de conducta, aplicada aquí a situaciones determinadas. ¿Cómo obramos y nos comprometemos más allá de lo que digan, piensen o nos cuestionen? ¿Cómo se pone en juego nuestro ‘desasimiento’, nuestra ‘liberación’ de todo y todos/as?

* ¿Cuáles son las “motivaciones” o las “razones” que nos mueven para hacer o dejar de hacer algo? ¿En qué basamos nuestros proyectos –personales y comunitarios– qué objetivos y medios nos proponemos para llevarlos adelante?

* ¿De qué manera nos planteamos y ponemos en práctica aquello que “está en nuestro querer y que podemos hacerlo con el favor de Dios”?

* Teresa hace referencia a libros, a nosotras ¿cuáles nos han dado elementos y fortalecido nuestra vida oracional? ¿Cuáles temas hemos estudiado o consideramos deberíamos estudiar y profundizar más?

* ¿Cómo trabajamos nuestros sentidos, qué espacio e importancia les damos, para que toda nuestra persona se beneficie de la relación con Jesús?

Capítulo 30
Dice lo que importa entender lo que se pide en la oración. -Trata de estas palabras del paternóster: «Sanctificetur nomen tuum, adveniat regnum tuum». -Aplícalas a oración de quietud y comiénzala a declarar.

Importancia y riqueza de una autenticidad de vida y una búsqueda permanente de correlación y comprensión de unidad en el ser de la persona.

* ¿Sopesamos lo que pedimos en la oración? ¿Qué responsabilidad asumimos ante tamaña realidad? ¿Cómo la vivimos en el día a día de lo ‘simple y cotidiano’?

* ¿De qué modo obramos, o consideramos deberíamos encaminar nuestra vida, para que su Luz nos ilumine? ¿En qué debe abrir nuestros ojos?, ¿Cuáles son nuestras cegueras?

* ¿“Qué pedimos en este Reino”? ¿para qué, para quiénes? ¿Cómo lo anunciamos? ¿a quiénes? Desde nuestra rica experiencia de Dios ¿cómo ser profetas?

* ¿Qué lectura podemos hacer entre el gran bien que describe Teresa que “hay en el reino del cielo” y I Cor 13? ¿Cómo potenciamos esta riqueza para que oración y obras vayan en concordancia y crezcan a una?

Capítulo 31
Que prosigue en la misma materia. -Declara qué es oración de quietud. -Pone algunos avisos para los que la tienen. -Es mucho de notar.

Hundida en la raíz vital, “entiende está cabe su Dios”. Paz, gozo, acción de gracias. Dar lugar a Dios para “que obre como en cosa suya”.

* Entiende está junto cabe su Dios, se duplican las fuerzas para obrar. ¿Cómo entendemos y podemos describir la paz que nos da el Señor con su presencia ¿qué consecuencias o frutos implica? ¿Cómo son nuestros “estar con Dios”? ¿Le damos a entender que le oímos? ¿De qué modos percibimos que Él nos da a entender que nos oye? ¿Cómo cuidamos y favorecemos estos encuentros?
¿Qué es, en qué consiste para nosotras que “comienza ya a darnos su reino aquí”? Al tomar conciencia de esta realidad, ¿cómo respondemos y cómo trabajamos estos ‘regalos de Dios’ en que “entiende [la persona] que ya está junto cabe su Dios”?

* ¿En qué hacemos consistir nuestra acción de gracias? ¿Cómo damos “lugar al Señor” y le dejamos “que obre como en cosa suya”?

* Qué explicación o reseña podemos hacer sobre la paz en nuestra sociedad, en nuestra cultura, la que nos presentan los medios, la de nuestros pueblos originarios, ¿qué puntos en común, qué diferencias podemos establecer en cada uno de éstos y con la paz que nos regala Dios y estamos invitadas a vivir?
Podemos hacer alguna dinámica, plasmarlo a través de la música, de la danza, de la pintura o alguna manera que nos ayude a visualizarlo plásticamente.

* El trípode o las “3 cosas necesarias” (amor de unas con otras, desasimiento, humildad), que nos habló en los comienzos siguen siendo básicas, ¿de qué modo las valoramos y tenemos en cuenta en los diversos momentos de nuestra vida?, ¿qué evaluación hacemos a esta altura del camino?, ¿qué consecuencias obtenemos?

Capítulo 32
Que trata de estas palabras del Paternóster: «Fiat voluntas tua sicut in coelo et in terra», y lo mucho que hace quien dice estas palabras con toda determinación, y cuán bien se lo paga el Señor.

La libertad humana hecha escucha y apertura a la iniciativa divina, en acción de gracias y servicio.

* ¿De qué modo vivimos y percibimos en nuestra vida, cómo respondemos y nos comportamos cuando Dios “no nos deja con nada” y “damos todo lo que podemos”? Analicemos y describamos cómo reaccionamos en un primer momento, cuál es la evolución de nuestros comportamientos y respuestas, qué lectura hacemos a ‘distancia’, qué conjeturas podemos hacer. También tengamos en cuenta en el análisis, ¿manifestamos nuestros sentimientos?
¿Cómo vivimos ese tironeo entre la mujer vieja y la mujer nueva, lo esencial y lo accidental, lo perdurable y lo pasajero?

* Normalmente se ha entendido la relación con Dios muy semejante a una ‘relación comercial’: ‘yo te doy y Vos me das’, ‘yo me porto bien para que Vos me premies’, ‘Dios te va a ‘pagar’ esta buena obra que hiciste’. Teresa –en la escuela de Jesús– nos enseña justamente lo contrario: Dios me da para que yo dé. ¿Cómo secundamos la iniciativa divina?

* En 9 – 13 está el meollo del libro, nos lo dice ella misma “Porque todo lo que os he avisado en este libro va dirigido a este punto de darnos del todo al Criador y poner nuestra voluntad en la suya y desasirnos de las criaturas”, hemos llegado al núcleo, hagamos una lectura orante.
¿Cómo podemos re – escribir este tema central con nuestro propio lenguaje de carmelitas latinoamericanas del siglo XXI, mujeres discípulas, hermanas, hijas, amigas de Teresa?

Capítulo 33
En que trata la gran necesidad que tenemos de que el Señor nos dé lo que pedimos en estas palabras del Paternóster: «Panem nostrum quotidianum da nobis hodie».

Cada día Su amor despierta el nuestro. Nos iguala consigo. No hace diferencia de él a nosotros, mas hacémosla nosotros de él, para no nos dar cada día por su Majestad.

* ¿De qué modo seguimos a Cristo desnudamente, y vivimos nuestra promesa de amor y fidelidad? ¿Cuáles aspectos nos cuestan más? ¿Cuáles nos ayudan a vivir con más alegría y ligeras de equipaje?

* Interesante la crítica social que hace con diferentes ejemplos, ¿qué paralelos podemos esbozar con situaciones de este orden que se dan en nuestra sociedad y que implican daño a la ecología, a la política, a las diversas instituciones, a la Iglesia, a la sociedad, en especial la situación social de los excluidos? ¿Qué interpretación de la realidad hacemos? ¿Qué es lo que más nos aflige?

* Miremos el gran amor de Jesús y su comportamiento con las mujeres, evaluemos la diferencia de trato que ellas recibían y el que les da Jesús. ¿De qué modo se dirige a ellas? ¿Cuál es su tipo de relación?
¿Cómo “aprovechaban” la presencia o la compañía de Jesús las mujeres de los Evangelios?, tenemos varias, algunas son más conocidas que otras, cada una nos aporta algo. ¿Qué actitudes descubrimos en cada una de ellas? ¿Qué cambios les provocan? ¿Cómo obra Jesús con ellas? ¿Qué logra de ellas? ¿Y ellas de Él?
Repitamos estas preguntas nuevamente pero ahora respecto de nosotras.
¿Qué conclusiones sacamos?


Capítulo 34
Prosigue en la misma materia. -Es muy bueno para después de haber recibido el Santísimo Sacramento.

Debemos fortalecer la fe, esforzarla para vivir la presencia de Jesús en el sacramento eucarístico, con mucho realismo dice “los ojos del cuerpo no se pueden deleitar en mirarle por estar tan encubierto”, la solidez de nuestra fe nos lleva a obrar confiadas en Él con audacia y creatividad, tal como es el amor que Jesús nos muestra.

* Teresa reflexiona sobre el “cada día” – “el hoy”, “la voluntad del Padre” – “la voluntad del Hijo”, y saca sus propias conclusiones de este amor, ¿cuáles son las nuestras, desde nuestra propia experiencia?

* Tiene como trasfondo la situación de su época, ya planteada en el c.3, que al “Santísimo Sacramento,… le quitan sus posadas”, y en el c. 33 (anterior a éste) “¿Cómo puede vuestra piedad cada día, cada día, verle hacer injurias? ¡Y cuántas se deben hoy hacer a este Santísimo Sacramento!” y nos anima a ‘pedir con Jesús al Padre’, ¿cuáles son las realidades más acuciantes de nuestra Iglesia, tanto a nivel de Iglesia universal como diocesana? ¿Cómo las asumimos nosotras? ¿Cuáles son en nuestra oración esas “cosas más importantes”?

*Nos deja también una excelente aclaración que nos recuerda las de Jesús: “trabaje el cuerpo, que es bien procuréis sustentaros, y descanse el alma”, ¿cómo lo vivimos en la práctica, tanto en la oración como en el ejercicio de nuestra vida?

* ¿Qué implica para nosotras esta Presencia eucarística? ¿Qué aspecto acentuamos más, el sacrificial o el de pan que sustenta y da vida creando comunión? ¿Qué consecuencias ha tenido para nuestras vidas acentuar más un aspecto u otro?
¿De qué modo vivimos esta común –unión? ¿Nos conduce también a una mayor comunión entre nosotras? ¿Se va haciendo en nuestras comunidades ese “sean uno como tu padre en mí y yo en ti?, en cuanto a esto ¿qué relación vivimos nosotras, cuáles son las cosas que ayudan a un enriquecimiento mutuo? ¿Qué tiempos y espacios damos para lograrlo?

* Teresa se alegraba no sólo de tener un sagrario más, sino una comunidad en torno a ese sagrario ¿Cómo potenciamos nuestros encuentros eucarísticos? ¿Qué aspectos cuidamos más y valoramos? ¿Son celebraciones participativas abiertas también a nuestros hermanos y hermanas? ¿De qué modo son celebrativos, festivos, participativos?

Capítulo 35
Acaba la materia comenzada con una exclamación al Padre Eterno.

Vamos caminando de la mano de Teresa, acercarnos a la Fuente nos exige profundización, una ‘rumia lenta y continuada’, casi las mismas preguntas pero dichas a otra altura del camino nos conducen a ‘nuevas’ respuestas. “Se requerirán muchos años de Cuaresma antes de poder decir que la Pascua se ha realizado en nuestro corazón, porque el Resucitado ha descendido hasta las profundidades del corazón para abrir el sepulcro y llenarlo de vida y de luz”[10].

* Compartamos cuáles son nuestros modos, las maneras en que acostumbramos estar “a solas” con Dios. ¿Cómo hemos ido “educando” nuestro estilo? ¿Qué es lo que más nos cuesta? ¿Qué es lo que más valoramos, y por lo tanto también ‘cuidamos’?

* ¿Percibimos –a nivel personal y comunitario– el amor de Jesús y sus modos de manifestarse en nosotras? ¿Cómo son nuestras respuestas?

* ¿Cuáles son las cosas que hoy más nos duelen y por las que clamamos “atajad este fuego” para que nuestra sociedad, mundo, seres humanos, etc., cambie? ¿Qué medios ponemos de nuestra parte?, ¿en qué consiste nuestro “importunaros y serviros mucho”?

* ¿Cuáles son las realidades más acuciantes de nuestros hermanos y hermanas, de nuestra sociedad, con las que tenemos un compromiso de vida y en las que nuestra oración está más comprometida?

Capítulo 36
Trata de estas palabras del paternóster: «Dimitte nobis debita nostra».

Teresa comienza a compartirnos los “efectos” de la oración y contemplación. La oración si es auténtica implica una nueva escala de valores. Hay una importante relación entre contemplación y perdón.

* Teresa nos habla de honra, ¿cómo la describimos hoy?, ¿qué proyectos de nuestras sociedades pueden confundir nuestra escala de valores y modo de conducirnos? ¿Cómo lo evaluamos y respondemos desde nuestro propio proyecto o estilo de vida?

*¿De qué modo nos posicionamos o asumimos nuestros roles como carmelitas, hijas de Teresa, en la sociedad en la que está ‘plantada’ y crece nuestra comunidad y dentro de la cual vivimos?

* Este perdón presente, en este hoy, en estas particulares circunstancias de nuestra vida implica vida de reconciliadas/os, si bien hoy en muchas sociedades las mujeres han logrado ser reconocidas, todavía queda mucho por trabajar ¿Cuáles son nuestros aportes a este camino de solidaridad, justicia y verdad en el amor, para que se dé el perdón?

* Quien se sabe amada y perdonada puede a su vez vivir esta realidad en su relación interpersonal con las hermanas, con su entorno. Mirando lo concreto de nuestra vida cotidiana ¿cómo relacionamos contemplación y saber perdonar? ¿Qué implica para nuestra vida personal y comunitaria? ¿Qué es lo que más nos cuesta? ¿Cuáles son las ganancias? ¿En que ayudan al crecimiento y plenitud de la persona?

* ¿Cómo diferenciamos y evaluamos las circunstancias para que brille la humildad (andar en Verdad) y el amor grande a Dios, en cosa que sea servirle más? ¿Qué entendemos por ‘servirle’?
* La comunicación de Dios, la cercanía, siempre enriquece a la persona y la humaniza (cuanto más divina más humana) ¿Qué rasgos y características destacamos o valoramos? ¿Por qué razones? ¿Qué descripción hacemos de las mismas?

Capítulo 37
Dice la excelencia de esta oración del Paternóster, y cómo hallaremos de muchas maneras consolación en ella.

Jesús se hace a nuestra medida, acompaña nuestro ritmo, nos conduce en y hacia la libertad que plenifica y nos baña de felicidad.

* “Darle nuestra voluntad y perdonar,…es para todos”. Historiemos cómo hemos ido recorriendo este proceso de darle nuestra voluntad y de perdonar. ¿Qué o quienes nos han ayudado? ¿Qué etapas han sido las más difíciles, cuáles las que más nos han significado crecimiento y maduración en nuestra vida?

* ¿Cómo hemos aprendido a percibir que Dios se adelanta dándose? ¿Qué ejemplos recordamos en nuestras vidas?

* La búsqueda de la Verdad nos hace libres para responder desde lo más profundo de nuestro ser. ¿Cómo obramos la libertad? ¿Sabemos asumirla y no delegarla?, ¿en qué aspectos?, ¿qué criterios de responsabilidad y libertad tenemos? ¿Cuáles son los factores que más tenemos en cuenta?

* ¿Qué comparación podemos hacer respecto del rol y responsabilidad de una mujer de nuestra edad en su familia, en su trabajo, en los distintos ámbitos de la sociedad? ¿Cómo vemos sus comportamientos, madurez de vida y la nuestra?

Capítulo 38
Que trata de la gran necesidad que tenemos de suplicar al Padre eterno nos conceda lo que pedimos en estas palabras: «Et ne nos inducas in tentationem, sed libera nos a malo», y declara algunas tentaciones. -Es de notar.

Nuestra libertad juega un papel fundamental, gracias a la cual somos imagen y semejanza de Dios y está en nosotras la capacidad de elegir el bien.

* En este contemplar y sabernos contempladas, descubrimos la verdadera dimensión de nuestra libertad y por lo tanto para elegir el bien, ¿cómo trabajamos para que nuestra vida no se resuelva en meras prácticas, incluso la caridad si le falta el núcleo que es la justicia no abre a relaciones fraternas buenas y verdaderas?

* ¿Cómo es nuestro movimiento en búsqueda de esta justicia que ansía que cada persona se encuentre con la fuente de su vida, con quien sabemos nos ama?

* ¿Qué distinciones hace Teresa en lo que implica “pedir”? ¿Qué es lo más importante y sobre lo que debemos hacer hincapié?

* ¿Cómo debemos obrar para que no nos falte luz y verdad, para no engañar o mentir ni engañarnos o mentirnos a nosotras mismas? ¿Cuáles son nuestros “lados flacos”, nuestros puntos débiles, actitudes interiores, por los cuales nos hemos engañado o no hemos obrado libremente? ¿Cómo ‘nos llevamos’ con nuestras ‘debilidades’? ¿Cómo reaccionamos con lo que deja al descubierto nuestra fragilidad humana, nuestras vulnerabilidades? ¿Y en lo que se refiere a nuestras ‘capacidades’ y ‘dones?

* ¿Qué aceptación tenemos de nosotras mismas? ¿De qué modo trabajamos ambos aspectos? ¿En qué nos favorece la vida comunitaria?

Capítulo 39
Prosigue la misma materia, y da avisos de tentaciones algunas de diferentes maneras, y pone los remedios para que se puedan librar de ellas.

Con la fina percepción de quien lo vive, nos recuerda el amor que Dios nos tiene y cuán liberador es. Amor incondicional de Dios. Conocimiento propio. Incomprensiones.

* De cara, frente a Jesús, cada momento de nuestra vida es desafiante, es ir al fundamento y no entrar en auto-engaños de diversa índole, ¿de qué modo los trabajamos y nos hacemos cargo de ellos?

* Nos recuerda que hay paz, regalo, sosiego, ¿Cómo valoramos en nuestra vida la paz, el gozo y la alegría? ¿Qué cabida les damos? ¿Qué significa la alegría en nuestra vida, qué importancia le damos, cómo la ‘cultivamos’?

* ¿En qué ‘falsas seguridades’ hemos caído a lo largo de estos años? ¿Y ‘falsas humildades? ¿Cómo las hemos desenmascarado, qué nos ha ayudado para liberarnos de ellas? ¿Podemos describir en qué hemos percibido el cambio, qué nos ha aportado de positivo?

Capítulo 40
Dice cómo procurando siempre andar en amor y temor de Dios, iremos seguras entre tantas tentaciones.

Subraya el dinamismo del amor sobre el temor, al que no le puede faltar tampoco la confianza.

* Los cc. 6,3 – 7,9 podemos meditarlos a la luz de este punto 40,3. ¿Qué conclusiones hacemos?
Seguramente al leer estos párrafos, tenemos en la mente y el corazón alguna hermana nuestra cuya vida está “pintada” aquí. Compartamos lo que ha significado una persona tan rica, para nuestras propias vidas, para nuestras comunidades, cómo hemos aprendido desde lo vivencial y cotidiano ese modo de relación interpersonal, amor y entrega. Demos gracias a Dios por el regalo que hemos tenido en esa hermana diciendo lo que más nos ha ayudado a cada una.

* No tengamos “olvidadas sus misericordias antiguas”, tampoco las que hace en nosotras. Podemos trazar y compartir una pequeña historia de nuestra vida, con los momentos que marcan nuestro propio camino personal hacia la Fuente, y ubicarla en el contexto e historia del Carmelo y de nuestro país. Podemos recrear y escribir nuestro propio salmo.

* ¿Qué implica el proyecto de nuestra vida en nuestra sociedad? ¿Cómo vemos nuestro aporte? ¿Qué representa nuestra experiencia profunda de Dios para nuestro mundo?

* ¿Cuál es nuestra mayor esperanza y cómo la potenciamos?


Capítulo 41
Que habla del temor de Dios, y cómo nos hemos de guardar de pecados veniales.

El temor, de la mano del amor, nos ayuda a encaminarnos mejor hacia Dios. saber vivir las contrariedades de la vida.

* ¿Cómo entendemos y vivimos el temor de Dios? ¿En qué nos ayuda y cómo nos hace ganar libertad? ¿Qué cosas nos causan “encogimiento y apretura”?, ¿cómo las detectamos, qué remedios buscamos para liberarnos?

* Excelente descripción de cómo la persona va madurando y conociéndose, y la importancia que implica para ser verdaderas “siervas de Dios”. ¿Cómo evaluamos nuestras propias fuerzas, (nuestro temor de Dios) para vivir una santa libertad tratando con quien fuere justo?

* Desde nuestra vida contemplativa donde el amor y el temor de Dios han madurado, ¿Qué es para nosotras estar con los enfermos como Jesús? ¿Cómo asumimos su propuesta de reconstruir lo humano, de darle otro vuelo a la humanidad? ¿De qué modo lo podemos vivir en nuestras comunidades según nuestro particular estilo de carmelitas contemplativas?

* Cuando juzgamos a quienes “no van por nuestro camino”, ¿tenemos en cuenta que nos estamos poniendo como ‘unidad de medida’?, ¿somos concientes de estar determinando nuestros sentimientos y actuar movidas por aspectos externos y circunstanciales y no por los “estables”? ¿Cómo buscamos tener una mirada libre y engrandecedora de la otra persona?

* ¿Qué valoramos más y de qué modo trabajamos y potenciamos, de acuerdo a nuestras características personales, lo que describe del amor y temor?
* ¿Cómo conjugamos amor y temor en nuestras vidas para que nos ayuden a entablar los grandes desafíos que se nos presentan ante la necesidad de un nuevo paradigma para ser fieles a nuestra vocación?

Capítulo 42
En que trata de estas postreras palabras del Paternóster: «Sed libera nos a malo. Amen». Mas líbranos del mal. Amén.

‘Unir mi voluntad con la de Dios es la unión que yo deseo’. Esta oración del Padrenuestro nos ofrece un programa de vida que nos conduce a la plenitud.

Jesús es “la caridad sin tasa ni medida”, una de las tantísimas formas en que describe y define su modo de ser; al llegar aquí podemos rastrear los nombres de Jesús que nos da a lo largo del libro, en qué circunstancias y qué conclusiones prácticas saca.

* ¿Cuál o cuáles (de estos u otros aspectos o características de Jesús) más nos ha acompañado o al que más hemos recurrido en nuestra vida, por qué?

* ¿Cuáles son las características de cada una de mis hermanas de comunidad que más valoro y me ayudan en este camino? ¿Doy lugar y potencio las riquezas personales de mis hermanas?

* ¿Cómo hemos ido descubriendo los ‘secretos’ de este camino, cuáles nos han parecido más importantes e interesantes en esta etapa actual que estamos viviendo para ser profetas a través del testimonio de vida? ¿Cuáles nos han ayudado a crecer en conciencia de lo que somos? 

* ¿Qué cosas tenemos que trabajar más? ¿Cuáles no teníamos tan en cuenta y consideramos que ahora debemos potenciar más?

* ¿Cuáles acontecimientos y realidades nos han implicado “humanizarnos”, acercarnos a nuestras hermanas y hermanos y vivir nuestro carisma ancladas en el Espíritu, abiertas a las necesidades de nuestro pueblo?

* Finalicemos dando gracias, cantemos nuestro propio Magnificat, alegrémonos en Dios, en lo que sigue obrando en nosotras y a través nuestro… “Miremos que nos mira”, que encuentre en nosotras los rostros de todos los hombres y mujeres de nuestros pueblos.
Bendito sea y alabado el Señor, de donde nos viene todo el bien que hablamos y pensamos y hacemos. Amén
Este ‘amén – así sea’ nos lleva a las primeras palabras de Camino, para seguir dialogando con Teresa sobre algunas cosas de oración…, a seguir rumiando sus enseñanzas a la luz de nuestra propia historia, a otra altura, pues hemos gustado la cercanía de la fuente y nos invita a más.


[1] Teutonio de BRAGANZA, Camino de Perfección, Edición de Evora, Portugal 1583.
[2] P. Saverio Cannistrà, cfr. Crónica del 1er. encuentro de coordinadoras y delegadas de asociaciones de Carmelos de A.L. 21-27 setiembre 2010.
[3] Santa Teresa de Jesús, Camino de Perfección4- revisión del texto, introducción y notas, Daniel de PABLO MAROTO, EDE, Madrid 1983, p. 8.
[4] Fund. 4,4.
[5] CE = Códice del Escorial.
[6] V 7, 22.
[7] Cristina Kaufmann  http://blogs.periodistadigital.com/eternafonte.php/2007/04/21/p89094.
[8] Nota 1, cap. 21, donde también nos recuerda un principio básico: “Muchas cosas hay que leerlas entre líneas para entenderlas”.
[9] Vida 16, 7. “Este concierto querría hiciésemos los cinco que al presente nos amamos en Cristo, que como otros en estos tiempos se juntaban en secreto para contra Su Majestad y ordenar maldades y herejías, procurásemos juntarnos alguna vez para desengañar unos a otros, y decir en lo que podríamos enmendarnos y contentar más a Dios; que no hay quien tan bien se conozca a sí como conocen los que nos miran, si es con amor y cuidado de aprovecharnos. Digo «en secreto», porque no se usa ya este lenguaje. Hasta los predicadores van ordenando sus sermones para no descontentar. Buena intención tendrán y la obra lo será; mas ¡así se enmiendan pocos!”.
[10] Jesús CASTELLANO, “El año litúrgico – Memorial de Cristo y mistagogía de la Iglesia, Biblioteca litúrgica 1, Centre de Pastoral litúrgica, Barcelona, 1996, Pág.149.